Del Libro: "Sequedad impàvida"
Sol de dos siglos
Unos puñados de sombras iban y venían.
Aún el grito caminaba entre susurros.
Aquella media noche todos comprendían,
¡Hoy es el día! ¡Debemos romper los tensos muros!
La llama de los libres ilumino el tiempo.
Mil brazos en alto proclamaban ¡Libertad!
¡Que llegue lo nuestro a los cuatro vientos!
Desde el balcón se patrocinó, ¡Esta verdad.
Cien años de desencuentros no alcanzaron,