Del libro. "Sequedad impávida"
-¡Es inútil! - me dijiste... ¿Recuerdas?
Y no tuve tiempo de preguntarte: ¿Por qué?
Me diste vuelta la cara
y tus pasos con furia se fueron de mí.
Después me atropelló el tiempo,
los meses, los años sin ti.
Creí que todo había terminado,
que aquél gran amor de los dos,
sin saberlo, se había detenido
en algún lugar de ese tiempo
que no tuve para decirte:
¡Cuánto amor pertenecía a ti!
Pero todo se quedó allá,... perdido.
Así lo definí tantas veces
y sin embargo, hoy me viste,
te abrazaste a mí y lloraste,
como quizá jamás lo hiciste.
Hoy me contaste tu equivocación,
hoy que mis ojos no te ven,
hoy que apenas si puedo hablarte,
hoy que solo eres aquel recuerdo,
que nunca pude olvidar.